El periódico "El País" publica una entrevista a Fernando Alonso realizada en el Circuito de Montmeló, concretamente, en el pabellón que la escudería Renault tiene allí instalado de cara al próximo G.P. de España que tendrá lugar el domingo día 27.

- ¿Cree que con sus dos títulos mundiales ha cumplido ya sus sueños?
- Sí. En cierta manera, sí. Siempre que empieza un año quieres ganar otra vez el título porque está en el corazón del deportista. Somos competitivos y no nos gusta perder. Nos preparamos muchas horas al día físicamente, con los equipos, encaramos el fin de semana minuciosamente y cuando llega la carrera siempre existe la motivación de ser el mejor. A nadie se le ocurre ir a perder. Pero es cierto que con dos títulos mundiales, mi sueño en este deporte o todo lo que esperaba de la fórmula 1 ya se ha cumplido.

- ¿Es más fácil llegar que mantenerse?
- Probablemente. Llegar puede hacerlo mucha gente. Muchos lo han hecho en equipos pequeños como Davidsson, Sutil, etcétera. Mantenerse en un alto nivel, en un sueño, ya sea en la F-1 o en cualquier otra profesión requiere de talento y mucho esfuerzo.

-¿Creía que la F-1 sería tal como la ha encontrado, se la imaginaba de esta forma?
-No tenía ninguna idea preconcebida y por eso no me ha sorprendido nada. Pero sí que es verdad que desde fuera lo que ve la gente, y lo que yo mismo veía era un poco otra cosa: mucha profesionalidad, lo máximo del automovilismo, tecnología punta. Y cuando llegué, me di cuenta de que hay bastante de todo eso, pero sobre todo descubrí que los pilotos, los ingenieros, los mecánicos, los dirigentes son todos seres humanos. Y al final forman todos un grupo de amigos, como ocurre en el karting o en otras categorías. La diferencia principal es que aquí son más.

- De todas las categorías por las que ha pasado, ¿la F-1 es la más inhumana, la que más odios genera?
- No lo sé. En todas ha habido un poco de todo. En el karting, sin ir más lejos, donde todos los niños queríamos ser pilotos de F-1 y todos los padres buscaban el mismo objetivo, también había bastantes roces y mal ambiente. Aunque también encontrabas satisfacciones. En la F-1 lo que pasa es que todo se magnifica. Al haber tanta cobertura mediática y tanto seguimiento, cualquier cosa que ocurre se multiplica por mil y tú estás en el medio sin pretenderlo.
- Echando una ojeada al pasado, ¿qué recuerdos son los que nunca querría borrar de su memoria?
- Hay algunos. Los dos campeonatos del mundo, varias carreras de mi etapa de karting, porque creo que son algunos de los mejores momentos de mi vida y no quiero olvidarlos. Y a nivel personal, algunos momentos de cuando era pequeño en casa, con mi familia. Todo eso es lo que más me llena y ojalá nunca me olvide de esos episodios.

- ¿Alguna vez piensa en los miles de kilómetros que hizo con su padre al volante los fines de semana que viajaba a Italia para competir en karting y en el esfuerzo familiar que supuso apoyarle en su carrera automovilista?
- Desde luego. Es una etapa que me trae muy buenos recuerdos y por la que sigo estando muy agradecido hacia mis padres. Les debo mucho cariño. Cuando eres pequeño tal vez no te das cuenta de las cosas que hacen por ti, te parecen casi normales. Pero ahora, con el paso del tiempo, das mucho más valor a todo lo que hizo mi familia, a lo mucho que empujaron y me siento en deuda continua con mis padres.
- ¿Piensa que sin este esfuerzo familiar hubiera llegado igual a la F-1?
- No. Porque era muy fácil tirar la toalla. He conocido a muchos pilotos de karting que intentaron correr en campeonatos de España y de Europa y a la segunda o tercera carrera en la que les iba mal abandonaban. Los costes eran muy elevados y relegaban sus aspiraciones sólo al campeonato de Asturias o al de España como mucho. Mis padres, en cambio, nunca lo hicieron y sin ese esfuerzo extra nunca habría conseguido llegar.

- ¿Hay alguien que le conozca mejor que usted mismo?
- No, no lo creo. Paso mucho tiempo solo y no hablo mucho. Hay gente que me conoce bien, pero ni siquiera ellos llegan a saber nunca lo que pienso en muchos momentos.
- Comentó hace poco que quienes tenían su teléfono ya sabían por qué había firmado por Renault. ¿Tiene pocos buenos amigos? ¿Son menos que cuando ganaba títulos mundiales?
- Los amigos de verdad siempre están a tu lado. Pero algunos de los que de repente me surgieron, también siguen a mi lado ahora. Tal vez dentro de 10 años no tenga ninguna relación con ellos, pero no han cambiado su actitud conmigo por el hecho de que ahora esté en Renault y no gane carreras. Me siguen apoyando.
- ¿Hasta qué punto es importante contar con la fidelidad de su familia y sus amigos?
- Es muy importante, como para todo el mundo. Pero son cosas en las que no piensas, se supone que cuentas con ellos.
- ¿Qué sería capaz de hacer por un amigo?
- Nunca me lo he planteado. Pero asumo que cualquier cosa.
- ¿Cuáles son sus prioridades en la vida?
- Ahora mismo, ganar en F-1 otra vez. Tal vez hace dos años, cuando gané el segundo Mundial, tenía otras ideas en la cabeza y otros planes porque ya estaba ganando. Ahora, que voy por detrás y que tengo ganas de revancha, el 99% de mi tiempo sólo pienso en volver a ganar.
- ¿Qué sensaciones le vienen a la cabeza cuando comienza una carrera y se ve el décimo en la parrilla de salida?
- En lo único que pienso es en intentar remontar. No hay otra alternativa. Sabes que es difícil. Pero cuando se apagan los semáforos todavía piensas que las cosas van a salir bien y que si haces una buena salida y aciertas en las estrategias puedes hacer una buena carrera. En la vuelta tres o cuatro, cuando ves que todo sigue igual, intentas acabar lo mejor que puedas y coger el avión lo antes posible.
- ¿Cómo logra mantenerse motivado, con sus resultados actuales?
- Es duro. Pero cada fin de semana tienes un nuevo fuego para abrir la esperanza. Llegas con esa ilusión. Cuando llegue al Gran Premio de España pensaré que puedo alcanzar el podio. Y si no, volveré a insistir en Mónaco, porque durante la semana hablas con el equipo, sabes que trabajan para introducir novedades y, poco a poco, te vas ilusionando. La motivación permanece, aunque los resultados no lleguen. Tal vez la pierdas un poco el sábado, en la cronometrada, y el domingo en la carrera. Pero el siguiente jueves vuelve a estar allí.
- Siempre dice que tiene un mecánico o un ingeniero dentro. ¿De todos los cambios que se han introducido en el R28 cuánto hay de suyo?
- En el apartado aerodinámico, nada. Son los ingenieros y la gente del túnel de viento los que día a día sacan piezas nuevas. Mecánicamente y en temas de reglajes, gran parte de lo que hay en el coche se ha cambiado este año en base a lo que he traído de mi experiencia en McLaren, adaptándolo a todo lo bueno que ya había en el Renault.
- ¿Qué hace para relajarse en el coche, en los circuitos y fuera de ellos?
- En el coche hay pocos momentos de relax. Debes estar siempre muy atento y concentrado. En el paddock nada en particular, jugar a las cartas. Y fuera, cuando ya dejas los circuitos, si las cosas han salido bien repaso la carrera; si salen mal, como las tres primeras de este año, no veo nada y desconecto totalmente.
- Lo que ya no hace es desplazarse con el Mercedes SLR McLaren, ¿no?
- No. Era un coche prestado. Ya no lo tengo.
- ¿Qué es lo peor que le ha pasado conduciendo un F-1?
- Lo peor fue en 2003 en Malaisia. Corrí con fiebre y las últimas 10 vueltas me estaba planteando si abandonar o seguir. No me sentía capacitado para controlar el volante, ni para acelerar o frenar. Lo pasé muy mal, pero como iba tercero y era mi primer podio conseguí acabar. Pero ya no sabía muy bien lo que hacía.
- ¿Le decepcionó la gente de la escudería McLaren?
- No todos. Cada uno es como es. Yo creo que entre las 1.000 personas que hay en McLaren hay grandísimos trabajadores e ingenieros, pero es cierto que hay gente que sí me ha decepcionado y con los que no podíamos trabajar juntos. No me interesaba seguir en esta situación.
- ¿Entre ellos estaba Hamilton?
- No. Él quedaba al margen de todo eso. Siempre se ha hablado de él y se ha creado esta animadversión, pero con él nunca ha habido ningún problema. Se habla de Hungría, del pit-stop, pero bueno, él no tuvo la culpa. Era el equipo quien debía tomar medidas y si yo tenía que salir primero y dar una vuelta más para quemar más gasolina debían asegurarse de que las cosas se harían así. Sin embargo, no ponían gran interés en todo eso. Parecía que no les interesaba que yo siguiera allí. McLaren era un buen coche que me daba opciones de ganar, pero sabía que yo nunca podría hacerlo en aquella escudería.
- Todo aquello desató una locura especulativa sobre su futuro.
- Era normal. Dejé la escudería con un comunicado en noviembre, después de un año polémico por el espionaje y por las disputas en el equipo, y era normal que se hablara de ello, porque, además, había muchos equipos interesados en mí. Si hubieran sido dos o tres tal vez habría habido menos revuelo. Pero en un momento determinado existieron siete u ocho opciones tanto para los periodistas como para mí. Todo el mundo quería saber dónde iba.
- ¿Y ahora ocurre lo mismo? ¿Seguirá en Renault el año que viene o se irá a Ferrari como se está especulando?
- Hay muchos factores que valorar. Mi primera opción es seguir en Renault si conseguimos hacer un coche ganador, y la verdad es que vamos avanzando. Pero lo que sí quiero es correr en un coche que pueda darme victorias. Hay varios, Williams, Toyota, BMW y Ferrari, desde luego, que siempre está arriba pase lo que pase. No me gustaría seguir luchando por entrar en la Q3 de la cronometrada.
- Cambiemos de tema. ¿Sigue la lucha entre Pedrosa y Lorenzo que se está produciendo en MotoGP?
- Sí. Me gusta la disputa en la pista entre ellos. Creo que sus discrepancias se están exagerando. Pienso que tenemos a los dos pilotos más jóvenes de la categoría, que son el primero y el segundo de la clasificación y que se están disputando el Mundial, y hablar de cosas que no sean sus triunfos para mí es perder el tiempo.
- Hable de fútbol. Alonso es seguidor del Madrid y parece que va a ganar la Liga.
- Me gusta el Madrid e intento seguir los resultados, pero tampoco soy forofo. No lloro cuando pierde. Si puede ganar la Liga bien, me alegro. Pero tampoco es que haya sido un año brillante para ellos.
* Entrevista extraída del diario español "El País"