Rescato este artículo firmado por Sebastián García (padre del piloto Antonio García) que la revista de Auto Hebdo Sport publicó en el mes de Enero de 1997. En él se nos expone de una forma concisa y directa la evolución del karting en España. Pocos podían augurar el éxito que Fernando Alonso cosecharía para su país años después, siendo el primer español en ganar un Mundial de F-1. Transcribo aquí dicho artículo:

Hace ya algunos años uno era un aficionado al mundo del motor de la zona centro. Compraba todas las revistas, estaba como un clavo en las cunetas siguiendo cada rallye y no me perdía una jornada del circuito de Jarama. Pero, como para la mayoría, los karts eran esos divertidos vehículos que uno se encontraba en los parques de atracciones.

Un día, yendo a enseñar a mi hijo una pista de coches de radio-control, casualmente había unos chiquillos, con sus padres, entrenando en una pista de karts y quedé impresionado. Entablé conversación con aquella gente y la pregunta era evidente. ¿Cómo es que un quemado de la gasolina como yo, empapado de todo lo que se escribe del motor, no conocía esto?

Me contaron que en pocas ocasiones se había escrito de ellos, tan sólo algún articulo suelto, promovido por alguno de ellos. Comencé a relacionarme con este mundo y terminé por hacer la prueba de mandar artículos a distintas revistas. AUTOhebdo se mostró encantado con la idea y ahora el karting ya es una sección fija de la misma.

Estos padres que conocí tomaron un día el coche y se fueron a Italia a aprender. Trajeron la categoría Cadete y la elevaron a la categoría reina del karting nacional. Se creó una escuela de la que han salido nada más y nada menos que dos campeones del mundo, mi propio hijo, Antonio García (1994) y Fernando Alonso (1996).


NO SOLO EN MADRID

Pero esto no ha sido lo único que ha dado frutos. Si en Madrid se estaba iniciando un movimiento a partir de los más pequeños, en Cataluña y Zaragoza se había afrontado el reto de organizar un Campeonato de Mundo. Un acontecimiento de esta talla aceleró el crecimiento del karting nacional y nos demostró que era posible estar cerca de las figuras del momento, pero que había que trabajar como ellos o con ellos.

En aquel Mundial de Zaragoza de1989 pudimos ver luchar por la victoria a Jan Magnussen y a Giancarlo Fisichella (pilotos de Fórmula 1) a Jarno Trully (piloto Benetton de F-3), a Sophie Kumpen (casada con Verstappen), a Guy Smith (campeón de la Fórmula Renault Británica) a Leinders (campeón de la F-3 Británica). Pero con ellos estaban en la parrilla nombres como los de Ángel Burgueño, David Bosch y Marc Gené, a los que tampoco les va mal en este mundo, y que tan sólo tienen el pro­blema de haber nacido en un país con poca tradición automovilística y menos cantera de sponsors para este deporte.

Estos fueron los dos acontecimien­tos que significaron la siembra y luego vino la recogida de los frutos. Para este Mundial no tenían la edad pilotos como Oriol Serviá, Jordi Surralles y Francisco Rodríguez, pero dos de ellos fueron los primeros que hicieron sonar el himno español en pruebas internacionales. El primero en Göteborg (Suecia), con la consecución de Campeonato de Europa de Júnior en 1991 a cargo de Surralles y el segundo en Valence (Francia) al ganar una de las pruebas del Campeonato de Europa de Fórmula-A de 1993 a cargo de Rodríguez. Además, Carlos Gil había obtenido el subcampeonato de Europa de Inter-A, también en el '91. 
 


SUBIENDO, SUBIENDO...

Hasta aquí la generación de los mundialistas, mientras que los de la catego­ría Cadete seguían creciendo y compi­tiendo entre ellos para dar el salto a la categoría de 100 cc. Antonio García y Fernando Alonso eran algunos de los pilotos que habitualmente copaban las primeras posiciones, pero no los únicos, tanto uno como otro sorprendieron en su primera aparición Internacional, y es por ello que rápidamente se hicieron con la confianza de las fábricas, y con ello con la posibilidad de competir de igual a igual con el resto de favoritos.

En 1994 Antonio García se convertía en el primer español en lograr un título continental, pero esto no era más que el comienzo. En el 95 daba el salto Fer­nando Alonso y, tanto uno como el otro estaban entre los favoritos en sus res­pectivas categorías. Ambos subieron al pódium en el Mundial del 95 y, por fin en el 96, Alonso conseguía el título que aca­riciaba.

Ocho años que han llevado al karting nacional del anonimato a la cumbre internacional. Para muchos seguro que el éxito se debe, como casi siempre en España, a las individualidades. Para mí han sido dos hechos colectivos los que han iniciado el camino del éxito, dos hechos impulsados por personas que en aquel momento estaban en el karting y que deben de ser el ejemplo a seguir para los que están ahora.

Sebastián GARCIA