El delantero asturiano del F. C. Barcelona, David Villa, ha mostrado su admiración por su paisano Fernando Alonso en el blog que futbolista culé estrenó el pasado 2 de Diciembre. Un bonito detalle y unas preciosas palabras las dedicadas al único piloto español que ha logrado ganar, de momento, dos mundiales de F-1:

- "Todos sabéis que mi vida es el fútbol y que lo disfruto cada minuto con pasión, desde que apenas era un niño. No obstante, en mi corazón también hay espacio para otras aficiones deportivas, muy especialmente cuando toman parte en la competición gentes de nuestra tierra, verdaderos campeones que han crecido entre nosotros. Este es el caso de la Fórmula 1 y de nuestro Fernando Alonso, un entrañable asturiano que ha hecho brillar el nombre de España en una disciplina deportiva en la que antes no cosechábamos muchos éxitos. Es difícil no sentirse fan de Fernando, un número uno al que los aficionados tenemos mucho que agradecer por los inagotables instantes de calidad, espectáculo y emoción que nos ha brindado en los últimos diez años.

- Ante Fernando Alonso solo soy un aficionado más, pero he de confesar que me enorgullezco cada vez que veo pilotar a este fuera de serie con el que comparto la tierra y el año de nacimiento. Es indudable que Fernando ha pasado a ser una referencia a seguir para muchos deportistas, a los que me sumo con plena humildad.

- Ahora, la Fórmula 1 vive los laboriosos preparativos de cualquier pretemporada, de cara al comienzo de la competición, el próximo 18 de marzo en Melbourne, en el Gran Premio de Australia. Es momento de probar y poner a punto el nuevo Ferrari 663, un monoplaza que a buen seguro va a ayudar a nuestro Fernando Alonso a competir en primera línea y a pelear duro un año más por el campeonato del mundo de Fórmula 1.

- También quiero aprovechar la ocasión para desear toda la suerte a los españoles Pedro Martínez de la Rosa, que volverá a pilotar este año en Fórmula 1, y Jaime Alguersuari, que tras una gran temporada, está a la espera de encontrar monoplaza".

¡MUCHO ÁNIMO, DAVID!