–¿Teme acabar la temporada aburrido de no poder luchar por las victorias?

–No. Para mí es un nuevo reto hacer las carreras al 120 por ciento, rodar en medio de un grupo de coches e intentar arañar cualquier punto. No estaba acostumbrado. A veces podía conservar la mecánica al final de la carrera, y ahora sigo a tope hasta la última vuelta.

–A mucha gente puede costarle entender por qué se ha ido a un equipo que no está entre los punteros.
–Hubo quien lo vendió de una forma equivocada. Se dijo que en Renault tendría un buen coche, que en Toyota sería por una buena oferta económica y que en Red Bull firmaría por un año. Fue la canción del invierno. En cualquiera de las tres iba a ser una temporada difícil. Y más o menos es en lo que estamos ahora. ¿Que las dos primeras carreras han sido decepcionantes? Sí, porque el coche no acaba de ir bien y tenemos demasiadas dificultades para entrar en la crono tres, pero nada habría cambiado si estuviera en otro equipo.

–¿Buscó salir de McLaren porque no era feliz allí?
–No, busqué salir porque no veía que el equipo tuviese mucho interés en que yo estuviese allí. Sabía que tenía un buen coche, pero que yo no iba a ganar nunca.

–También ha podido quedar la sensación de que un piloto debutante (Hamilton) forzó la salida de un doble campeón del mundo.
–A mí lo que diga la gente no me quita el sueño, porque dentro de 25 años, cuando esté en mi casa viendo la tele, nadie se va a acordar de una cosa ni de otra. Si queda esa sensación, no es así; es más, nunca tuve problemas con Hamilton, y tampoco fue cierta toda la rivalidad que se planteó el año pasado. Era lo que más vendía en ese momento, y si me fui de Mclaren no fue por Hamilton, sino por el equipo en sí.

–Pero la rivalidad con su entonces compañero sí que trascendió.
–¿Cuándo?

–En Hungría, por ejemplo.
–El equipo me dice que cuando salga del pit lane voy a adelantar a mi compañero. Luego no le adelanto, y cuando entro otra vez pierdo tiempo mientras me dejan esperando. Eso es todo.

–¿Fueron esos enfrentamientos los que enfriaron la relación o en realidad nunca llegó a calentarse?
–Nunca se calentó, porque somos dos personas distintas, pero con él no tengo ningún, problema. Los pilotos no tenemos tanta relación como para tener problemas entre nosotros, pero si uno perjudica al otro, el equipo sale perdiendo, y luego no tiene ninguna represalia, sabes que allí no pintas nada.

–¿Por qué otra vez Renault?
–Había unas cuantas opciones, pero Renault era el único con la experiencia de haber ganado campeonatos, y los otros candidatos tenían sólo la esperanza. En todo caso, no creo que por haber crecido en Renault en la F1 ni por estar ahora de vuelta con ellos me vaya a quedar siempre aquí.

–En 2009 seguirá usted en Renault si...
–No es una frase fácil de completar. Estaré donde pueda correr y donde pueda ganar. Ahora mismo, apostaría por Renault, porque estoy convencido de que la temporada va a acabar de una manera muy buena y de que de cara al año que viene nos faltará menos para coger a los primeros.

–¿Se ve en un equipo campeón a corto plazo?
–Sí, porque es lo que quiero, no voy a ser siempre noveno. Intentaré ganar carreras tarde o temprano, estar en el podio, ganar campeonatos. El primer objetivo es hacerlo con Renault, algo que no es absurdo, porque ya se ha hecho más de una vez.

–Descartada la vuelta a McLaren, el único coche ganador es Ferrari. ¿Se puede decir que le gustaría correr allí?
–Muchos coches pueden ser ganadores. McLaren lleva nueve años sin un Mundial. Prefiero estar en Renault, que ha ganado en 2005 y 2006, por encima de un coche que no ha ganado nada. El único constante es Ferrari, que lucha por el Mundial año sí, año también. Los demás siempre varían: Williams, Toyota... BMW, por ejemplo, a la velocidad que está creciendo, puede arrasar dentro de un año. No me importa estar en una de las que varían o en Ferrari, pero sí en un coche ganador.

–¿Qué le queda del joven discreto y tímido que siempre ha dicho que fue?
–Sigo conservándolo todo, pero cuando te comportas como una persona normal, en la Fórmula 1 pareces un tipo raro y a la gente le parecen increíbles las cosas que dices. No me arrepiento de nada que haya dicho por ser una barbaridad. Son cosas normales de una persona con sentido común.

–¿Cómo asume que haya gente que lo daría todo por estar un rato con usted?
–Me siento privilegiado por hacer lo que me gusta. Conduzco coches increíbles, y para un amante de la velocidad es un sueño pilotar un Fórmula 1. Ganar carreras y que además te paguen por ello es un privilegio, y soy afortunado, porque los sueldos de la Fórmula 1 están muy bien.

–Cuando pilota, ¿le da tiempo a pensar en otras cosas?
–En carrera no, pero sí en los entrenamientos.

–¿Y en qué piensa?
–En si he apagado la calefacción y en cosas de ésas (risas).

–¿Y eso?
–Das muchas vueltas, la grada está vacía, te mandan hacer una tanda de veinte o treinta vueltas y cuando vas por la mitad, sin querer, se te vienen muchas cosas a la cabeza.

–Si un hijo suyo le dice que quiere ser piloto de Fórmula 1...
–Es un error si ya de niño piensa así. Le diría que hay que divertirse, sobre todo en el karting. Si eres bueno, te irán fichando y te irán llevando hacia los monoplazas, y si no eres bueno, pues vas a la Universidad y ya está.

–¿Qué se ve haciendo dentro de diez años?
–Me veo sentado en el sofá de mi casa.

–¿Y ese hogar, dónde lo sitúa, en Asturias, Madrid, Suiza?
–En Suiza.

–¿Prefiere una pizza a todas las fiestas y el glamour de la Fórmula 1?
–Sí, y si puede ser en la habitación del hotel, mucho mejor. Así veo la tele.

–Pero tiene fama de buen cocinero. ¿Qué le gusta hacer?
–Nada en particular. Me gusta cocinar cuando estoy en casa. O cocino yo, o me quedo sin comer. En Suiza suelo estar solo, aunque cuando no lo estoy intento hacerlo yo también.

–¿Alguna especialidad?
–Es que hago de todo.

–¿De todo? ¿Paella también?
–Sí.

–¿Y chipirones?
–No, porque no me gustan.

–¿Sabe cuánto gana?
–Más o menos.

–¿Votó el 9-M?
–No.

–¿Cuál sería su tarde ideal?
–Un poquito de siesta, salir a jugar a algo, fútbol, baloncesto, tenis, lo que sea, con algún amigo; un poco de Playstation, y cenar.

–Defina a sus rivales. ¿Raikkonen?
–Es velocidad pura, a una vuelta es rapidísimo, pero tiene un poco de mala suerte.

–¿Hamilton?
–Muy constante, siempre va bien, pero a la hora de aguantar la presión hay que ponerle un interrogante, porque falló al final del año pasado.

–¿Massa?
–Irregular.

–¿Kovalainen?
–Este año se verá lo que da.

–¿Tiene Javi Villa potencial para llegar la Fórmula 1?
–Éste puede ser el año de Javi. Tiene un gran futuro si logra acabar entre los tres primeros del Campeonato de GP2.

–Escoja un rincón de Asturias para perderse.
–Candás, por los veranos que pasé allí cuando era pequeño.

Candás

–¿Espera algún día poder pasear por la calle con tranquilidad?
–Sí, llegará. En el deporte, cuando estás arriba puedes tener muchos amigos, pero dentro de 15 años no serán tantos. Quedarán los de siempre y podrás ir por la calle tan tranquilo.

–¿Sigue el fútbol asturiano? El Sporting está en ascenso.
–A ver si este año es posible porque siempre se desinflan al final. Ojalá no les pase ahora.

–¿Y el Oviedo?
–Lo del Oviedo está peor.

–¿Ha ido alguna vez a El Molinón o al Tartiere?
Una vez al Carlos Tartiere. No recuerdo el rival, pero, a partir de ese día, perdimos todos los partidos y bajaron a Segunda. (Mira aquí video de ese partido)

–¿Qué implicación va a tener con el circuito de karting de La Morgal que llevará su nombre?
–La máxima. Voy a estar encima desde el primer momento hasta el último. Es un proyecto que considero muy interesante para Asturias y tengo muchas ganas de que salga adelante.

–¿Se ve más adelante, cuando haya terminado su carrera de piloto, gestionando algún tipo de programa de promoción de jóvenes o algo relacionado con la cantera?
–Sí, algo de eso sí que puedo hacer.

Entrevista extraída del diario asturiano La Nueva España